miércoles, 19 de septiembre de 2007

Aquí estuvo la primera logia masónica de México

La dirección, a principios del siglo antepasado, era Callejón de las Ratas 4. Hoy es Bolívar 73, en el centro histórico de la ciudad de México


(Publicado por Jorge P.)

lunes, 17 de septiembre de 2007

Una frase que escuché el otro día

"El iniciado hace las cosas, al profano le pasan."

(Publicado por Jorge P.)

lunes, 10 de septiembre de 2007

¿La Masonería mexicana en decadencia?

El siguiente texto es un extracto del artículo "La Masonería mexicana en franca retirada", de Karla Rodríguez Vargas, publicado en la edición 63 de la revista Gente Sur, con fecha del 15 de diciembre de 2000.

Una sociedad secreta que en México desde el siglo XIX conformó una poderosa facción con innegable influencia en el poder se encuentra en plena decadencia, afectada por fuertes divisiones, persecuciones y descrédito que la han orillado a perder los privilegiados espacios que disfrutó en el pasado, debido a su íntima vinculación con el PRI y el dinero.

Rodeada de mitos y consejas, acusada de ser una sociedad secreta elitista y excluyente, manipulada por grupos de poder interesados en perpetuar sus prerrogativas y afectada por escándalos y controversias, la Masonería mexicana se bate en retirada, después de constituir por más de dos siglos una de las cofradías más influyentes del país. El 'tiro de gracia' en contra de esta institución fue la derrota en las elecciones del dos de julio del Partido Revolucionario Institucional (PRI), al que estuvo vinculada a lo largo de su historia reciente, por parte de Vicente Fox, candidato presidencial del Partido Acción Nacional (PAN), que encarna a los conservadores y el clero, sus enemigos históricos.

Entre los más ilustres miembros de la Masonería mexicana se encuentran figuras legendarias de la historia y paladines de la patria como Benito Juárez y Vicente Guerrero, aunque también personajes discutibles como los dictadores Antonio López de Santa Anna y Porfirio Díaz. Según José Antonio Ayala, estudioso del tema, a la Francmasonería "se le concibió en sus inicios como una escuela de preparación científica y filosófica, para crear una minoría de dirigentes que pudieran influir en el progreso a través de su competencia y actuación".

Los grupos masónicos mexicanos fueron, en opinión de Jesús Reyes Heroles, "partidos políticos embrionarios". "Sin embargo", señala José Antonio Ayala, "si partimos de un elemental rigor conceptual, habremos de convenir que la Masonería no es una asociación política en el sentido restringido, partidista, que puede tener esta palabra." "La Masonería no es un partido político", advierte por su parte Jorge Gaviño Ambriz, Gran Maestro de la Logia del Valle de México. Y añade: "Nosotros pensamos que partido es parte y la Masonería es universal. La construcción de un país no se da de acuerdo a una visión política partidista, sino a una visión general y nosotros, como institución, no podemos ver parcialmente ningún asunto".

La Masonería, como institución, se abstiene de las cuestiones políticas y más aún, respeta que los masones, a título individual, actúen en política como ciudadanos que son. Gaviño Ambriz afirma: "Yo particularmente milito en el PRI, pero de igual manera hay hermanos y dirigentes de altos mandos que militan en el PRD o en otros partidos, cuya militancia es respetada". Sin embargo, de la misma manera que es innegable la lucha de la Masonería por mantener la neutralidad política, también es evidente que en diversas ocasiones la Orden no logró su objetivo, como lo demuestran las disputas entre los partidarios del rito escocés, en el cual participaba Benito Juárez, quien se enfrentó al también masón Maximiliano de Habsburgo, que pertenecía al rito York.

Así, la historia oficial cataloga a los grupos masónicos como "las sociedades que consolidaron la república a través de su organización y sus prácticas. Sociedades que desde siempre contaron en sus filas con los mejores hombres, que marcaron con la escuadra y el compás la Independencia, la Reforma y la Revolución". Manuel Rangel, miembro activo de la Masonería, considera equivocado clasificar a esta institución como "un club social que te permite obtener poder y puestos privilegiados". "La verdad", explica, "es que quienes ven de esta forma a la institución terminan defraudados, ya que más que un grupo de poder, la Masonería es una escuela de conocimiento". Sin embargo, en la época de Independencia la creencia generalizada era concebir a la organización como la llave de acceso a los espacios de poder, incluso contra la prohibición que establecen los estatutos masónicos universales del rito escocés, de no promover en logia cuestiones políticas ni religiosas.

(Publicado por Manuel Ortiz.)

miércoles, 5 de septiembre de 2007

Sobre las columnas de la logia

El siguiente es un extracto de un texto de Francisco Ariza.

"A uno y otro lado del pórtico de entrada, en el exterior del templo de Salomón, se alzaban las columnas J y B, las cuales evocaban seguramente a aquellas otras que, según las leyendas masónicas, sobrevivieron al diluvio, y en las que fueron grabadas todas las ciencias referidas al conocimiento y al saber tradicional heredado de la humanidad primigenia.
Las columnas J y B aluden a un simbolismo cósmico relacionado con los dos solsticios, y estrechamente vinculadas con la doble corriente de la energía cósmica a la que se encuentra sujeto todo lo manifestado. Por ello, la explicación o el sentido simbólico de las dos columnas hay que buscarla en el orden de las referencias cósmicas, en correspondencia con la antiquísima observación ritual del Sol a lo largo del año. El observador se situaba en el centro del lugar sagrado, de cara al Este, es decir de cara al Sol naciente. Seguía los desplazamientos progresivos de las salidas del Sol en el horizonte, entre los dos límites extremos alcanzados por los solsticios de verano e invierno. Se señalaban esos dos puntos esenciales con dos postes, dos menhires en algunas alineaciones prehistóricas de Bretaña o de Inglaterra, o con dos columnas si se trataba de templos más elaborados. Las columnas J y B no eran entonces simples elementos decorativos, sino que con ellas se establecía un enmarque espacio y temporal indicado por las distintas posiciones del astro solar; posiciones que determinan el esquema simbólico universal de la cruz cuaternaria, pues al señalarse los solsticios de invierno y de verano (correspondientes al eje Norte-Sur) se obtenía también la situación de los equinoccios de primavera y otoño (correspondientes, a su vez, al eje Este-Oeste)."

(Publicado por Jorge P.)

sábado, 1 de septiembre de 2007

Los landmarks

Qué curiosa y significativa es la palabra 'landmark'. Compuesta por 'land' (tierra, la tierra que pisas, la que trabajas, en la que vives y la que es tu patria) y 'mark' (marca, huella, señal), esta puede remitirnos a un hito histórico, pero también a un punto de referencia geográfico. Pensaba yo, por ejemplo, en medio del fervor por encontrar las siete maravillas del mundo moderno, cuán incorrecto era incluir en una misma categoría la milenaria ciudad de Angkor y la estatua de la libertad; la acrópolis de Grecia y a la torre Eiffel; pues, aunque todas tienen un valor indiscutible, este responde a diferentes motivos. La acrópolis es, sin duda, una maravilla; pero la torre Eiffel es, más que un prodigio, un referente del mundo actual, o sea un landmark. Tal vez cuando se hable del siglo XX en los libros de historia, la torre y la estatua de la libertad serán referentes de nuestra civilización. ¿Quién sabe si la pátina del tiempo las dote con el título de maravillas?

Eso es un landmark en el mundo profano, ¿Cuál sería, pues, su significado en el mundo de la Masonería? Según Don Miguel Ángel de Foruria y Franco en su libro 'Masonería', el origen del vocablo en nuestro contexto significa "una manera de determinar, marcar o señalar los linderos o límites que separan las propiedades de diferentes dueños". Este término fue extraído del libro de la ley por los primitivos masones especulativos. Desde la más remota antigüedad, se acostumbraba limitar las propiedades con piedras, y cambiarlas de lugar estaba considerado un crimen horrendo. Al respecto, una ley judía dice: "Tú no debes cambiar las señales de tu prójimo, las que el tiempo le ha dado en patrimonio". La Masonería hizo suya la tradición judía y le otorgó, desde un tiempo muy antiguo, esa designación a los principios o leyes tradicionales y esenciales de la Francmasonería. Muchas son las opiniones. Casi tantas como autores que pueden consultarse en torno a la legislación masónica. Parte de las leyes y tradiciones de nuestra orden deben considerarse landmarks. La opinión más generalizada, coincidente con la expresada por los pensadores más prestigiosos de la institución, es lque deben abarcar sólo las más antiguas, y por lo tanto más universales, costumbres de la Francmasonería.

Entonces, yo entiendo los landmarks como aquellos preceptos básicos que nos rigen como masones, esas leyes fundamentales sobre los que nuestra institución se basa y que son comunes y necesarios para toda antigua institución. Y continúo con don Miguel: "El primer requisito que debe cumplir cualquier ley o tradición masónica para ser considerada un landmark es que las normas o preceptos a los que se refiera deben haber existido desde la época en que la memoria del hombre ejercía una influencia no contraria. Su antigüedad, por ello, es el elemento esencial. Hasta el punto de que si hoy se celebrara un concilio mundial, en el que estuvieran representados todos los masones a escala universal, con todas las tendencias y, por absoluta unanimidad emanara del concilio una nueva legislación, esta obligaría a cuantos se quisieran considerar masones, mientras que estuviera en vigor. Pero nunca podría ser considerada un landmark. Tendría, es cierto, el carácter de universalidad, pero carecería de antigüedad. Además de su universalidad y su antigüedad, las principales peculiaridades de los Landmarks son las de su inmutabilidad e irrevocabilidad. Esto es, los Landmarks no pueden ser alterados ni suspendidos. Lo que representaron hace siglos, lo que hoy representan y lo que representarán, deberá subsistir mientras exista la Masonería"


(Publicado por Gonzalo Fragoso Ramírez.)